viernes, 26 de agosto de 2011


Pasaba largas tardes pegada a la pantalla, mirando, viendo y observando cada detalle de vídeos de maravillosas obras de violín.
Caprichos de Paganini y variaciones, zapateados de Sarasate, el único y fantástico nocturno de Chopin para violín y piano, Vivaldi, leyendas de Wieniawski, conciertos de Bach, incluso tríos de Brahms.
Escuchaba además, aquellos Minuettos de método suzuki con los que empezó su larga historia al lado del pequeño violín. Beethoven, Bach...
Pero sobre todo, no había día que no escuchase su dúo favorito de Bocherini desde aquel día en el que cuando en el salón de su casa se proyectaba "Master and Commander" mientras ella medio dormía, acudiese corriendo con un solo calcetín en los pies a observar de dónde salía aquella melodía....
No había duda de que, lo echaba de menos.
Su próxima obra para tocar ya la tenía en la mente...

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