jueves, 18 de agosto de 2011

Escalones.

Tengo la extraña manía de contar los escalones que subo.
A vosotros os sonará a guasa, pero todos los días para llegar a mi habitación subo 14 escalones.
Para llegar a casa de mi abuela, 14 también.
48 escalones subía para llegar al 3ºC de lo que era mi casa.
Perdí la cuenta de los que había en mi segunda casa, el conservatorio.
Pero juro y perjuro, que no sabía subir las escaleras sin contar los pasos que daba, los ecalones que subía.
Y asi sigo,
19 para llegar al castillo de Mazarrón.
2 para bajar de la litera del vecinito al que le doy las buenas noches.
Y 4 los de la escalera portatil a la que subo para alcanzar ese libro al que me es imposible llegar.
Llamadme loca.

Pero qué bonito,  cuando riéndome de mí misma al contárselo a mamá en una plaza de Toledo, ella misma me confesase que hacía años hacía lo mismo.
Será que las manías también se heredan. Cosas de la genética tal vez ;)

1 comentario:

  1. Eres impresionante! Escribes increíblemente bien...
    Yo también soy de Lorca, quiero conocerte y compartir tantos buenos momentos como cuentas en cada una de tus publicaciones!
    He de confesarme: soy adicto a tu blog.
    A tu servicio, un humilde lector: AD

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