lunes, 25 de abril de 2011

martes, 19 de abril de 2011

Han pasado cosas alucinantes... no sabría explicarlo

De la noche a la mañana todo empezó a ser diferente.
Me llamó mi director para decirme que yo también era una más de la plantilla de la Orquesta Internacional. 
Imaginad mi cara...
Los ojos se salían de su sitio y daban brincos, mientras que yo, sujetando como podía el teléfono revoloteaba de alegría. Juré estudiar como nunca, y así fue.
Mínimo 7 horas diarias. Hasta que el hombro, con voz bajita me decía que no podía más.
Nervios a flor de piel. Cansancio. Frustración con los pasajes de fusas que nunca salían. Sueño... 
Pero eso, es solo un trocito de todo lo que me llevo.
Me llevo sonrisas de oreja a oreja, alegrías como las que más, aplausos muchos aplausos. Me llevo gente de fuera y de dentro. Me llevo mucho más aún de mi gente de antes.
Pasajes imposible que al final, salen. Sostenidos, bemoles. Me llevo directores im-presionantes. Me llevo miles de mimos y cuidaditos para que no faltase nada.
Me llevo empachos, aperitivos, cervecitas y fantas sabor a llave. Me llevo todo lo que me transmitieron mis amigos y familia desde las butacas del auditorio cuando me miraban atónitos y me hacían la ola. Me llevo escalofríos, piel de gallina.
Me llevo emoción, y la alegría de tocar emocinada con mis ojos cerrados y disfrutando de cada nota. Me llevo una semana de felicidad. De saber que es ser músico, de saber que sacrificado es serlo. 
Pero también me llevo una banda sonora más de las que hicimos tocar el pasado sábado, me llevo mi propias BSO de cosas bonitas, de todo lo vivido. De aprovechar las cosas que solo pasan una vez en la vida.
Me llevo música, esa pequeña amiga que me hace tan feliz.





viernes, 15 de abril de 2011

Sonrisa Internacional.

Hay cosas que solo pasan una vez en la vida.
Que bonito es todo. Como me gusta esto.
Te dedicaré mi mejor canción.

domingo, 3 de abril de 2011

Quiero ser fiel al manual de los excesos.

-Me ha encantado mirarte, y sin conocerte, mantenerte la mirada durante tooooooooooda la acera. 

Ha sido raro, muy raro. Pero, como si en un segundo los astros se alineasen, me has dado un retortijón.
Hasta ha vuelto a mí el sabor del zumo recién tragado.
...
La calle acababa.
Podríamos habernos dado los buenos días, o ¿por qué no? el número de teléfono. ¿Quién sabe si no eras tu mi media naranja?
Pero, has girado hacia la izquierda. Todo recto.
Los dos sabíamos que no nos volveríamos a cruzar por estas calles. Así, que nos hemos dedicado una sonrisa merecida, tímida y mañanera, con legañas y ganas de dormir.
Después del semáforo, pero antes de la farmacia, me he quedado yo. Como tantos días. La Opinión, y no la mía.

Pero, hoy parecía estar todo hecho a medida.
El autobús me esperaba.