miércoles, 30 de mayo de 2012

Se me pone la piel de gallina al leer. Son esos pianos cubiertos con una sábana los que yo he tocado, esa la cúpula donde tantas veces me he escondido y los pasillos que ahora habitan palomas y escombros son donde tantos de nosotros hemos vivido, cantado y tocado durante media vida. Esas paredes han visto tanto, que aún hoy no nos creemos que estén así. Que ese Marcos del que habláis es el Marcos de toda la vida, y esos alumnos que os recibían con tanta alegría era yo hasta hace un año. Es raro (mucho) ver como la nueva entrada del blog de Vetusta Morla es, esta vez, tu historia. Siento tanta tristeza como alegría. Todavía cuesta recordar demasiadas cosas de aquel “pequeño desastre animal”, pero a la vez, me da un no se qué por el estómago cuando veo que esto coge forma, que alguien nos escucha, nos entiende, nos ayuda. Significa demasiado para algunos de nosotros ver como a través de un proyecto como este repleto de música, se va a crear mucha más música, pero sobre todo, como se va a volver tocar la música de siempre entre las paredes de siempre. Éste sin duda es, uno de los más bonitos granos de arena que podría alguien poner por Lorca, una nueva Lorca que llegará esperemos, no dentro de mucho. ¡Gracias, de verdad! Porque esto, sí que “os hace grandes”. 

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