lunes, 19 de diciembre de 2011

D.

Siempre había tenido una fijación especial con los imanes de mi nevera.
Adoraba sus gasas, su chupete azul.
Chupete que años más tarde me regaló.
Me enseñó a enterrar tesoros y a mirar la luna con un cariño especial.
Me la guardo en el bolsillo, decía, para mañana poderla mirar.
Bautizó a su león como Marto.
Y una sonrisa en su calendario cada vez que lo fuese a visitar.
Me robó cosquillas, secretos y felicidad.
Y cantamos, cantamos bien fuerte.......

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