
Fue ella quien se acercó, y la verdad, su sonrisa me cautivó.
Más bonita que ninguna, me demostró que Albert tenía razón al hablar de esas 23 personitas amarillas.
Yo ya había descubierto a alguna, pero aquella noche descubrí que esa magia en las personas existe.
Soy de las que aplaude la simpatía en personas a cambio de nada, y así fue.

Pero estoy segura que esto aún no es nada, para todo lo que vendrá.
Gracias por demostrarme que eres de las mías, con tu alegría por bandera, vestida de la mejores sonrisas :)
Luna, lunera, cascabelera, feliz felicidad!
Millones de besos para estas primaveras cargadísimas de flores, estoy segura.