miércoles, 5 de febrero de 2014

"Tu lo eres."

A ratos, siento que soy feliz. 
Y es gracioso, porque lo noto en las cosas más pequeñitas.
Viajar, pero sobre todo, llegar a casa. 
Una vuelta en coche con mis padres comentando la música que suena. 
El atardecer más bonito del mundo, fue ayer, ayer mismo. Rojo, muy rojo. 
Rebozarme en el suelo porque él me ha tirado. Y dejarle. Y reir, reiiiiiiiiiiiiir. 
Y pasear por Murcia y su noche. Ahora, hace un rato. 
Sumergirnos en el cava de los vecinos, en cada arco de los violines o en cada dibujo que deja el paso de la batuta.
En todo.
Un retortijón leyendo cosas bonitas de parte de una profesora. Gran profesora. 
No sé, el calefactor en los pies con el olor a vainilla de la vela que acabo de encender. 
Incluso los acordes sustitutos al piano de esta mañana.
Estas ganas, incluso de madrugar para seguir aprendiendo. 
Qué bonito, no? 


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