11 de mayo de 2011, como cada miércoles entre cuerdas y metales en mi tan querido conservatorio.
No hicieron falta más de unos minutos para cambiarlo todo, allí estaba yo con todas estas personas cuando nuestra segunda casa se quebró.
Y aún a día de hoy me emociona ver tantas caras conocidas recordando aquel día y todo lo que supuso después.
Gracias, de corazón a Vetusta Morla, a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia y como no, a tantas otras personas por su granito de arena.
Volveremos, estoy segura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario