jueves, 10 de marzo de 2011

Hoy, me he parado a pensar.
He pensado en tí, en mí, en él, en ella. En todos.
Incluso por pensar, hasta he pensado en un posible nosotros. Tonta de mí.
Y, he descubierto que tengo ganas de todo.
Me apetece viajar, ver mundo. Mucho mundo.
 Me apetece hacer reír a carcajadas a un niño pequeño, me apetece bañarme desnuda en el mar.
He pensado, y me he dado cuenta de que, los días que estoy feliz, no desafino ni una nota. Que mi sonrisa la notan hasta los bemoles de las armaduras, y eso, me gusta.
He pensando que necesito un paréntesis. Como si de un oso perezoso se tratase, quiero mi periodo de hibernación, necesito mi periodo de hibernación. Pero eso sí, sin dormir ni una pizquita.
Creo que necesito perspectiva, ver las cosas desde arriba.
He pensado que necesito algo que me ate, que me ilusione, que me de ganas de seguir.
He pensado además que quiero una tarde larga de cervezas con mis amigos, disfrutándolos a todos, uno a uno. Exprimirlos hasta no dejar gota y estrujarlos hasta decir basta.
He pensado que tengo que disfrutar, y pensar menos. Tirarme más a la piscina.
Aunque la verdad, estoy orgullosa de mí, porque de un tiempo a esta parte he dejado el miedo a un lado para  arrepentirme de las cosas que hago y no de las que se quedan por el camino.
Y aunque me haya llevado portazos, me he hecho una pizquita más fuerte.
He pensado que quiero una mirada traviesa desde la barra del bar, que  me hipnotice. ¿Y por qué sólo una? 
Quiero toda una gama de miradas traviesas sólo para mí. Enamorarme en una noche de, qué más da, primavera, verano, otoño, invierno.
Quiero creer en los amores a primera vista, porque es que ¿acaso existen otros?
Quiero horas de música, de conservatorio, de violín, de guitarra, de piano, de acordeón, de triágulo y marimbas. Quiero sostenidos, pentagramas, y esa felicidad que me sale sola al hacer música.
He pensado que quiero ir a muchos conciertos y ser, como hasta ahora, la mayor grupie de esos que admiro.
No os lo vais a creer, pero también he pensado que, quiero querer mucho a quienes quiero de verdad. Y a esos otros, que no sirven para nada decirles hasta luego, eso sí, con la más grande de mis sonrisas. Si se han cruzado en mi camino, por algo sería.
Quiero rebozarme de arena, andar descalza, quemarme los pies. Quiero que me pique la nariz del frío y llevar mi bufanda favorita.
Quiero todo de todos y nada de nadie.
He pensado que cuando ves la vida de otro color, las cosas se hacen más fáciles.
Y mi vida, a partir de hoy, empieza a serlo.
El afán de tachar días en el calendario, lo he cambiado por alargar el tiempo entre una y otra cruz. Lo he cambiado por tachar, pero con una sonrisa de oreja a oreja por haber aprovechado el día en sus 24 horas.
He pensado que la vida, son dos días y un café.
Y yo, quiero que este sea el café menos amargo jamás tomado. Así que ha llegado el momento,
dejemos de pensar y empecemos a disfrutar.





1 comentario:

  1. Te he leído y...en muchas de esas líneas me he leído a mi misma. He sonreído...
    Me siento muy muy identificada contigo.
    Por eso te mando un beso, un abrazo y muchas ganas; para que nunca te falten ganas de tener ganas :)

    ResponderEliminar